Su cuerpo, su aroma y su perfecto equilibrio entre amargor y dulzor dotan a Dorada Especial de un sabor redondo en el paladar. Solo así conseguimos una cerveza que marida exquisitamente con platos de intensos sabores. El tándem perfecto para los paladares más exigentes.
Para la terrina de queso de Güímar
300 gr de queso de Güímar
500 ml de nata.
6 hojas de gelatina.
Sal y pimienta.
Para la gelatina de manzana:
2 manzanas, Granny Smith
1 hoja de gelatina.
50 gr de azúcar.
Sal.
Aceite de Arbequina.
Brotes de cilantro.
Flor de borraja blanca.
Eneldo.
Brotes de amchoi.
Calentamos la nata ligeramente a fuego bajo sin que llegue a hervir, mientras, en un vaso mezclador, colocamos el queso cortado en dados y trituraremos hasta formar una pasa.
Retiramos la nata del fuego, añadimos las hojas de gelatina hidratadas y vertemos en el vaso mezclador hasta conseguir una masa homogénea. Añadimos sal y pimienta al gusto, vertemos en un molde en el que podamos conseguir una altura de 3 cm y dejaremos enfriar en el frigorífico.
Mientras enfría, pelamos y descorazonamos las manzanas. Colocamos en un recipiente apto para microondas junto con el azúcar y una pizca de sal. Tapamos con papel film y cocinaremos en el microondas a potencia máxima hasta que los trozos de manzana estén tiernos.
Trituramos la manzana y pasamos la mezcla por un colador fino, añadimos una gelatina hidratada y disuelta, mezclamos bien, vertemos sobre la terrina de queso. Ayudados por una espátula, extendemos bien, formando una capa muy fina sobre la terrina.
Dejamos enfriar y cuajar la gelatina de manzana en frigorífico.
Mientras enfría la terrina colocamos los boquerones unos junto a otros y cortamos las puntas para que queden todos del mismo tamaño.
Utilizaremos dos boquerones para cada terrina, tomamos como referencia a la hora de cortar el queso la medida de los dos boquerones para que ocupen toda la superficie.
Cortamos la terrina, ayudados por una puntilla y una regla para que los cortes sean rectos. Utilizando una espátula, sacamos del molde y colocamos sobre el plato que vamos a utilizar, sobre la terrina colocamos dos boquerones. Sobre estos iremos colocando los brotes y las flores para terminar salpicando con aceite de la variedad Arbequina.
Calentamos la nata ligeramente a fuego bajo sin que llegue a hervir, mientras, en un vaso mezclador, colocamos el queso cortado en dados y trituraremos hasta formar una pasa.
Retiramos la nata del fuego, añadimos las hojas de gelatina hidratadas y vertemos en el vaso mezclador hasta conseguir una masa homogénea. Añadimos sal y pimienta al gusto, vertemos en un molde en el que podamos conseguir una altura de 3 cm y dejaremos enfriar en el frigorífico.
Mientras enfría, pelamos y descorazonamos las manzanas. Colocamos en un recipiente apto para microondas junto con el azúcar y una pizca de sal. Tapamos con papel film y cocinaremos en el microondas a potencia máxima hasta que los trozos de manzana estén tiernos.
Trituramos la manzana y pasamos la mezcla por un colador fino, añadimos una gelatina hidratada y disuelta, mezclamos bien, vertemos sobre la terrina de queso. Ayudados por una espátula, extendemos bien, formando una capa muy fina sobre la terrina.
Dejamos enfriar y cuajar la gelatina de manzana en frigorífico.
Mientras enfría la terrina colocamos los boquerones unos junto a otros y cortamos las puntas para que queden todos del mismo tamaño.
Utilizaremos dos boquerones para cada terrina, tomamos como referencia a la hora de cortar el queso la medida de los dos boquerones para que ocupen toda la superficie.
Cortamos la terrina, ayudados por una puntilla y una regla para que los cortes sean rectos. Utilizando una espátula, sacamos del molde y colocamos sobre el plato que vamos a utilizar, sobre la terrina colocamos dos boquerones. Sobre estos iremos colocando los brotes y las flores para terminar salpicando con aceite de la variedad Arbequina.